Como estrategias urbanísticas, el proyecto propone potenciar la naturaleza bifrontal de este tipo de terrenos. En el lado de la calle, propone ampliar las aceras en determinados tramos, donde se plantarán árboles. Estos espacios mejoran la calidad de la relación con las plantas bajas de los edificios, donde se ubican tiendas, oficinas y otros establecimientos, al tiempo que suavizan la interacción entre vehículos y peatones. Por otro lado, hacia el callejón, se propone convertir esta vía de servicio en un corredor natural y tranquilo para caminar, que fomente el tráfico peatonal, el ejercicio y el esparcimiento de personas de todas las edades, así como el uso de medios de transporte alternativos como bicicletas, patinetas, etc. Asimismo, este nuevo corredor pretende desarrollarse como un eje urbano de infraestructura verde y azul que, por un lado, conecta diferentes partes de la ciudad a través de un entorno vegetalizado y, por otro, captura, conduce, aprecia e permea el agua de lluvia. Con el tiempo, la conversión de varios callejones en ejes lentos podría convertirse en una fortaleza ecológica y social a nivel de la ciudad, contribuyendo al desarrollo a largo plazo de la misma.

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